Caso Kodak y las consecuencias de no adaptarse

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Los colapsos como en el caso Kodak ocurren debido a una sucesión de malas decisiones. Aquí entenderás cómo el gigante amarillo desapareció de nuestras vidas y fue sustituido por el mundo digital.  

Estos colapsos toman décadas, pero todos tienen algo en común, el no adaptarse a las realidades históricas.

Un rollo de fotografía usualmente te permitía tomar entre 24 y 36 fotos, los estándares actuales son miles de fotografías por tarjeta SD.

A esto me refiero al mencionar realidades históricas. Aquel que no se adapta tiende a desaparecer como sucedió en el caso Kodak.

Diferente fue el destino de Fujifilm, la compañía de competencia directa a Kodak, que logró adaptarse a la realidad adentrándose a mercados de la cosmética, de eso hablaremos luego.

¿Pero qué fue específicamente lo que llevó al colapso?

¿Cómo es que la compañía líder a nivel mundial, el gigante amarillo como se le conoció, se esfumo de repente?

¿Acaso estos procesos históricos son inevitables?

El Gigante Amarillo

¿Cómo resumir la historia de una compañía que brindó alegrías a millones de personas durante un siglo?

La historia de Kodak se podría catalogar como una Tragedia Griega francamente, con su protagonista siendo un mismísimo revolucionario para su momento.

Esta es la historia de George Eastman, fundador de “The Eastman Kodak Company”, un hombre que revolucionó la manera en la que capturamos momentos, por ende, la memoria.

“En 1877, George Eastman compró una cámara y le pagó a alguien para que le enseñara cómo usarla.”Luego encontró una manera más fácil” reseñó el diario “The New York Times”.

Esta actitud revolucionaria es comparable a la del chico que decidió crear un espacio digital donde pudiésemos compartir nuestras vidas.

O aquel emprendedor que comenzó vendiendo libros vía web y hoy día es imposible conseguir algún artículo que no se venda en su portal de internet.  

Eastman está a la altura histórica de un Zuckerberg, Bezos, Musk o Dorsey.  

Su enfoque fue el de simplificar el proceso fotográfico, al punto de que cualquier persona pudiese capturar la realidad que le rodeaba.

En 1888 logró inventar el carrete fotográfico y su primera cámara, en 1892 fundó su compañía y durante poco más de un siglo el gigante amarillo fue el número uno a escala global.

Kodak es una palabra inventada por el propio Eastman, fue una adaptación del sonido que producía su primera cámara, aunado a su propio slogan “Usted presiona el botón, nosotros haremos el resto”, hasta en eso fue auténtico.

Otro de sus enfoques fue el de proporcionar película fotográfica al que la necesitase.

En 1889 inició la distribución

Para 1896 Kodak pasó a ser el distribuidor número uno a nivel mundial.

Esta fue la clave para vencer a la competencia en el mercado de cámaras fotográficas, Kodak les proporcionaba la película fotográfica y todos se beneficiaban.

Lamentablemente, debido a dolencias físicas y emocionales George Eastman se quita la vida en 1932, dejando un legado histórico y sus últimas palabras:

“A mis amigos, mi trabajo ha terminado. ¿Para qué esperar? G.E.”.

Entre Dos Caminos

El caso Kodak es uno de auge sin paralelo al declive sostenido y posterior derrumbe. Pero no fue debido a la invención de la cámara digital como muchos asumen.

En 1975 Kodak desarrolla la primera cámara digital, eso es correcto, no fueron Fujifilm o Sony, fue la misma Kodak la pionera en lo digital.

El problema no era la cámara, sino el formato digital el que cambiaría todo, sin película fotográfica el gigante amarillo desaparecería.

Por esto fue que Kodak decidió no continuar el desarrollo del formato digital, esperando que sus competidores hicieran lo mismo, y este fue el error catastrófico que cometieron.

Pasaron décadas para que el formato digital fuese accesible para el mercado general.

Durante esas décadas Kodak siguió siendo el número uno en la distribución de película fotográfica a clientes tan diversos como la industria cinematográfica, industria médica, y por supuesto el mercado del consumidor.

Muchos teorizan que, si Kodak hubiese tomado la delantera y reformulado su estructura de negocios, probablemente serían competidores de Sony, Microsoft, Apple y Samsung.

Nunca sabremos si esto era posible, lo que sí sabemos es que la revolución digital barrió el piso con la industria de la película fotográfica y gracias a esto podemos entender al caso Kodak.

Para el año 2000 el 72% de los ingresos de Kodak se debía a ventas relacionadas directamente con película fotográfica.

En el 2006 tambaleó con una caída sin precedentes en ventas, para el 2012 la compañía se declaró en bancarrota.

Difícil creer que la misma compañía que había capturado con su cámara la llegada a la luna en 1968.

El instante más importante de la modernidad, ahora sería relegada a vender productos minoritarios para el consumidor general.

Fujifilm tomó otro camino

En el 2000 la directiva planeó una reestructuración en las líneas de producción y cerró instalaciones.

Siendo otro líder del mercado, Fujifilm poseía patentes variadas que podían ser aplicadas a diversas áreas, se les ocurrió desarrollar una línea de maquillaje en 2007 llamada Astalift.

¿De dónde surgió esta brillante idea? El colágeno.

El colágeno es el principal ingrediente en la manufactura de la película fotográfica, el mantenimiento de la elasticidad de la piel depende directamente del colágeno. ¿Ingenioso no?

Para el 2018 Fujifilm se había diversificado a áreas como lentes fotográficos, papel fotográfico, DVD’s, CD’s, y fotocopiadoras gracias a la adquisición de Xerox.

Fujifilm sobrevivió a los embates del destino.     

Caso Kodak: Fin de la Imagen

Todo tiene su final, como pudimos ver el caso Kodak se asemeja a la tragedia griega. Siempre hay un pero, el fin de la imagen es apenas el comienzo de otra faceta.

En 2020 la pandemia cambió al mundo, dicho evento presentó una oportunidad de oro para Kodak irónicamente, los Estados Unidos estaban necesitados de manufactura nacional en el área farmacéutica.

Kodak con su historial de desarrollo químico para película fotográfica, decidió tomar una ruta sorpresiva, aceptar un préstamo gubernamental de 765 millones de dólares para crear “Kodak Pharmaceuticals”.   

Esta división se encargaría de producir componentes críticos y esenciales para el consumo interno de los Estados Unidos. Kodak sobrevive otro día más para seguir luchando.

La realidad es que los colapsos son inevitables si se persiste en una sola línea.

Aquellos que permanecen dinámicos como Fujifilm y se diversifican en áreas nuevas, logran sobrevivir y conquistar nuevos mercados.

Este siglo es uno de cambios continuos a velocidades apabullantes, si algo nos ha enseñado el caso Kodak es que puedes ser un gigante de la industria y aun así sufrir los embates del destino.

La clave está en proyectar al futuro, armar una estrategia y adoptar nuevas tendencias. Aquel que le teme al cambio, será engullido por el tiempo.

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